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13/08/2021

Agrotóxicos: “Panazo nacional” en rechazo al trigo transgénico

Las organizaciones que conforman la flamante Plataforma Socioambiental convocan a toda la sociedad argentina a expresarse en contra de la autorización del trigo transgénico en nuestro país. En Entre Ríos, concejales de Gualeguaychú ya se expresaron en el mismo sentido.

 

Las distintas organizaciones realizarán una semana de acciones del 16 al 20 de agosto que incluyen PANAZOS, TORTAFRITAZOS y actividades artísticas y virtuales en Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, entre otros puntos del país.

Según las organizaciones el trigo transgénico HB4 de la empresa Bioceres se presenta como resistente a la sequía y tratan de imponerlo como una alternativa sustentable. Pero en realidad es un exponente más de lo que representan los transgénicos: monocultivos industriales que utilizan millones de litros de agrotóxicos. En el caso del trigo HB4 el mismo es resistente al glufosinato de amonio, un herbicida mucho más tóxico que el glifosato y que está prohibido en la Unión Europea para su uso agrícola. El 9 de octubre del año pasado se publicó en el Boletín Oficial la Resolución 41/2020 del Ministerio de Agricultura. Informó la aprobación de la “semilla, de los productos y subproductos derivados provenientes del trigo IND-ØØ412-7” solicitada por el Instituto de Agrobiotecnología de Rosario (Indear S.A.). Indear pertenece a Bioceres, empresa que cotiza en la bolsa de Nueva York y que tiene como accionistas más conocidos a los millonarios Gustavo Grobocopatel y Hugo Sigman.

 

Como contó NOTICIAUNO, en la provincia de Entre Ríos comienzan a poner en agenda el “ecocidio” del trigo transgénico. En el proceso productivo se usa Glufosinato de amonio, una sustancia mucho más tóxica que el Glifosato y prohibida en Europa desde 2013. Concejales peronistas de Gualeguaychú manifestaron su rechazo y trabajan junto a organizaciones para poner límites locales.

 

Desde Plataforma Socioambiental denuncian que a pesar de no estar liberado comercialmente sabemos que YA HAY SEMBRADAS alrededor de 25.000 has del trigo HB4 de Bioceres en 7 provincias. Este es el primer trigo transgénico que tiene posibilidades de comercializarse en el mundo y así estar presente en nuestro pan y muchos de nuestros alimentos básicos junto con los agrotóxicos con los que será fumigado. El  gobierno argentino aprobó esta variedad de trigo en septiembre del 2020 y espera la autorización de Brasil para poder ser comercializado. Resistir su cultivo y lograr que se retire su autorización es un imperativo ético, social y sanitario.

Además, las organizaciones vienen luchando también a través de ordenanzas para la prohibición de su cultivo en los municipios. E invitan a quienes no puedan movilizarse a participar virtualmente de un "amasado virtual" subiendo un video en sus redes sociales bajo la consigna: "Yo quiero seguir amasando/comiendo mi pan sin trigo transgénico" y etiquetando a las cuentas de los colectivos convocantes. La semana del #PANAZO ya cuenta con actividades confirmadas en Buenos Aires, Rosario, Tandil, Santa Fe y Baradero.

La consigna #PANAZO en rechazo al trigo transgénico HB4 exclama: ¡Con Nuestro Pan NO!

 

 

RECHAZO CIENTÍFICO

El año pasado, más de 1000 científicos del Conicet y de 30 universidad públicas nacionales se expresaron en rechazo al trigo transgénico HB4, creado por la bioquímica Raquel Chan y la empresa Bioceres-Indear. En una carta abierta al gobierno nacional, académicos de todo el país cuestionaron la nueva semilla, que impactará directamente en la mesa de los argentinos, porque el trigo es la base del pan. El Gobierno también autorizó, en el mismo trigo, el peligroso agrotóxico glufosinato de amonio.

“Esta autorización remite a un modelo de agronegocio que se ha demostrado nocivo en términos ambientales y sociales, causante principal de las pérdidas de biodiversidad, que no resuelve los problemas de la alimentación y que amenaza además la salud de nuestro pueblo confrontando la seguridad y la soberanía alimentaria”, comienza el escrito, firmado por Alicia Massarini, Particia Kandus, Rafael Lajmanovich, Walter Pengue, Haydée Norma Pizarro, Elena María Abraham, Matías Blaustein, Damián Marino, Patricia Puntos, Guillermo Folguera, Maristella Svampa, Juan Wahren y el entrerriano Damián Verzeñassi, entre otros.

Además de cientos de firmas del Conicet, figuran investigadores de casi todas las universidades públicas de Argentina: del Litoral (UNL), de Buenos Aires (UBA), La Plata (UNLP), Rosario, Río Cuarto, Córdoba, Comahue, San Martín, Luján, San Juan Bosco, del Centro (Unicen), de Tucumán, de Quilmes, de General Sarmiento y de Cuyo, entre otras. También firmaron investigadores del INTA. 

En contraposición, solo se expidieron a favor del trigo transgénico Raquel Chan (que trabaja con Bioceres-Indear); el ministro de Ciencia, Roberto Salvarezza; y la presidenta del Conicet, Ana Franchi.

Los científicos cuestionan el uso masivo de agrotóxicos del actual modelo agropecuario y precisaron que el glufosinato de amonio, que se usará con el nuevo trigo, “es un herbicida 15 veces más tóxico que el glifosato, ampliamente cuestionado y prohibido en muchos países por su toxicidad aguda y sus efectos neurotóxicos, genotóxicos y alteradores de la colinesterasa". El compuesto "es letal para organismos que contribuyen naturalmente a mantener la dinámica de los agroecosistemas, deteriora enormemente la calidad del agua dulce acelerando procesos de eutrofización y penetra hacia napas subterráneas”.

Recordaron que el trigo es la base de la alimentación de los argentinos, ya que con él se elabora el pan y gran parte de los alimentos a base de harina. “A partir de esta autorización, el trigo HB4 tendrá residuos de glufosinato al igual que las harinas y sus derivados, es decir, habrá glufosinato en alimentos básicos de consumo diario. Dado que en Argentina no hay ley de etiquetado de transgénicos, toda la población estaría expuesta a su ingesta en la dieta diaria”, cuestionaron los más de 1000 científicos.

Afirmaron que este tipo de semillas tiene relación directa con los desmontes masivos, los desalojos de campesinos y pueblos originarios, la destrucción de humedales y los incendios. “Los transgénicos agrícolas, a pesar del enorme esfuerzo propagandístico en pos de presentarlos como una innovación virtuosa para ‘alimentar al mundo’ sólo han servido para generar lucro para unos pocos. Los organismos transgénicos no son necesarios para garantizar ningún derecho del pueblo, por el contrario, atentan contra la salud socioambiental y amenazan la soberanía alimentaria”, aseguran los científicos.

Consideran que la aprobación del trigo transgénico es una medida “que sólo puede explicarse por el avance de intereses corporativos por sobre el interés común, la salud pública, la defensa de la vida y de la casa común”. Solicitan al gobierno nacional que de marcha atrás con la aprobación del trigo transgénico e instaron a un debate democrático sobre el modelo de producción, la necesidad de un cambio transformador y “la promoción de una ciencia independiente” que investigue los impactos de las empresas de los agronegocios en lo sanitario, en lo ambiental y en lo económico, “una ciencia que escuche las voces de transformación y que conduzca hacia la soberanía alimentaria”.

 

Fuente: NOTICIAUNO

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