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03/04/2017

Entre cacheos, peronistas y el cliché vacío del Cambio

 

Es cierto que Sergio Montiel valló la Casa Gris cuando fue gobernador por segunda vez. Es cierto que Montiel tuvo gestos autoritarios y poco amables contra las movilizaciones populares. Pero resulta realmente intolerable que este gobierno, que se jacta de ser abanderado de los Derechos Humanos y un aliado natural de los movimientos populares, cierre la casa Gris y habilite el cacheo de los ciudadanos.

Ello así  hace recordar a los años de plomo de la más cruenta dictadura cívico militar.

Ni siquiera ya tienen reflejos y tino para mentir con más lucidez. No solamente que no reconocen que Sergio Urribarri les transfirió un Estado devastado por años de un impúdico saqueo de los fondos públicos, sino que para neutralizar la indignación de la gente, echan manos a prácticas autoritarias que nada tienen que ver con un Estado constitucional de Derecho.    

Mientras tanto, producto de la descomposición del Partido Justicialista y su estado de crisis profunda, representantes del Urri-Kirchnerismo de paladar negro como el Diputado nacional Jorge Barreto, se permiten dar cátedras de peronismo  al Gobernador Gustavo Bordet, a quien acusan de identificarse cada día más con el gobierno nacional.

Solamente un movimiento tan amorfo y procaz puede exhibir mil y una caras a la vez sin siquiera ruborizarse, ni sentirse un simulador eterno de lo nacional y popular.

Si a eso sumamos la instauración de un Estado policial en Concordia a partir del reclamo docente y el hastío de sus ciudadanos de un Ministro de Gobierno incompetente y de dudosa reputación, completamos un panorama desolador que, a la vez, desnuda un fin de ciclo, un estado terminal de un modo de hacer política.

La salida no será fácil. Pero tampoco es imposible. Es necesario, imprescindible y vital que la gente se comprometa y participe. Porque lo que también está agonizando es la democracia delegativa, la del “que hagan otros y yo no me meto”.

Necesitamos que la gente honesta, con vocación de servicio y ganas de transformar este estado de cosas, se sume definitivamente al proyecto político de un cambio profundo, donde nunca más la ética y la política transiten por carriles distintos.

Necesitamos querer para después poder. No basta con recitar como un cliché vacío de contenido las palabras Podemos y Cambiemos.

 Antes debemos convocarnos para decidir si QUEREMOS cambiar, para luego darnos la gran tarea de hacerlo.

 

Rubén Pagliotto 

@RubenPagliotto
Ex Presidente del Colegio de Abogados de Paraná 

Dirigente del GEN

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