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MIÉRCOLES, 26 DE NOVIEMBRE DE 2025

Préstamos personales: Todo lo que hay que tener en cuenta antes de endeudarse

En épocas de falta de efectivo, crece la necesidad de acceso al crédito. Especialistas plantean algunos puntos claves a considerar antes de solicitar un préstamo a una entidad financiera. Las sugerencias apuntan a evitar compromisos que afecten la estabilidad económica del usuario.

En un contexto donde los costos del crédito siguen siendo altos y el acceso al financiamiento se vuelve cada vez más complejo para las familias argentinas, pedir un préstamo personal puede ser una herramienta útil o un error costoso.

Antes de comprometerse con una cuota mensual, las especialistas consultadas coinciden en un punto clave: hay que entender exactamente cuánto se terminará pagando y si realmente conviene tomar la deuda.

Las entidades financieras suelen destacar la tasa nominal anual (TNA), pero eso no refleja el costo real del crédito. Lo que termina determinando el impacto en el bolsillo del usuario es el Costo Financiero Total (CFT), un indicador donde se juega la diferencia entre una deuda manejable y una que puede derivar en dificultades o mora.

Entender el costo real del préstamo

La contadora especialista en tributación, Sabrina Sena, marcó el punto central: “El Costo Financiero Total es el dato más completo para entender el costo real de un préstamo. Incluye intereses, comisiones, seguros obligatorios, gastos administrativos y cualquier otro cargo asociado”. Por eso, aclaró, comparar sólo tasas nominales puede ser engañoso.

En ese mismo sentido, la contadora Adriana Czerwony insistió en que muchos usuarios se dejan llevar únicamente por la tasa o por el valor de la cuota que se les muestra, pero sin considerar otros gastos: “Hay impuestos, costos administrativos, seguros obligatorios… todo eso suma a la tasa. No hay que ver solamente la tasa, lo que hay que ver es el costo financiero total”, coincidió.

Tarjetas de crédito

Ambas especialistas concordaron en que la falta de educación financiera es un problema estructural en Argentina, donde muchas personas toman créditos creyendo que pueden pagar la cuota sin saber que en realidad terminarán abonando mucho más una vez sumados impuestos y cargos asociados.

Cuándo puede convenir tomar un préstamo

Más allá del riesgo de sobreendeudamiento, las especialistas reconocieron que en algunos casos puede ser conveniente financiarse. Sena planteó que un préstamo personal puede ser útil para unificar deudas o para sustituir el financiamiento de tarjeta cuando el CFT de la tarjeta es sustancialmente superior al del crédito personal.

Desde otra perspectiva, la asesora financiera Gabriela Michelet opinó sobre la diferencia entre tasas congeladas y tasas indexadas y advirtió sobre los créditos UVA: “Las tasas UVA parecen atractivas al principio, pero como ya hemos visto en la era (Mauricio) Macri, luego pueden ser muy perjudiciales sobre todo a largo plazo”, señaló.

Para Michelet, los préstamos con tasa fija y congelada pueden ser una oportunidad, siempre que no se alejen demasiado del rendimiento de instrumentos conservadores como los plazos fijos.

Los tres perfiles consultados coinciden en que hay situaciones puntuales donde el financiamiento funciona como un puente beneficioso: emergencias, gastos inevitables, necesidades impostergables o compras que pueden aumentar su valor en el tiempo. Michelet agregó incluso la posibilidad de aprovechar una “oportunidad financiera”: usar crédito para adquirir un bien cuyo valor subirá más que el costo financiado.

Cómo evaluar la capacidad de pago

Una recomendación uniforme entre Sena y Czerwony es calcular cuánto del ingreso mensual es prudente destinar al pago de deuda. Las dos mencionan el mismo rango: entre el 25% y 30% del ingreso neto. Superar ese umbral aumenta significativamente la probabilidad de atraso o incumplimiento.

La mitad de los hogares argentinos usó ahorros o pidió prestado para cubrir gastos

Czerwony enfatizó en la importancia de presupuestar previamente y registrar gastos: “Hay que llevar un control, anotar los gastos hormiga, comparar las tasas —los bancos tienen simuladores— y siempre tratar de contar con un fondo de emergencia”, mencionó, porque un imprevisto puede ser el detonante de la morosidad.

Michelet aportó otra perspectiva: organizar las finanzas personales usando reglas simples, como la 50/30/20: 50% a necesidades básicas, 30% a gastos flexibles y 20% a ahorro y deudas. “En un contexto donde mucha gente no llega a fin de mes, lo importante es priorizar lo esencial y no exagerar en consumos no necesarios”, advirtió.

Qué mirar antes de aceptar la cuota

A la hora de firmar, Sena insistió en comparar opciones usando Costo Financiero Total (CFT) y Tasa Efectiva Anual (TEA), porque la Tasa Nominal Anual (TNA) sola no sirve para tomar decisiones responsables. En tanto Czerwony advirtió sobre lo que llama “publicidad engañosa”: cuotas que se presentan sin incluir los cargos totales, haciendo que el usuario crea que puede pagar algo que en realidad será más caro.

A eso se suma un aspecto que muchas personas desconocen: los impuestos involucrados. Czerwony remarcó que las personas físicas no pueden descontar el IVA como sí hacen las empresas, por lo que ese 21% se vuelve parte del costo. También influye el impuesto al crédito y otros gravámenes que terminan inflando la cuota real.

Finalmente, las especialistas coincidieron en algo que puede sonar básico, pero define la experiencia del usuario: informarse antes de endeudarse. Comprender el sistema de amortización, revisar las condiciones de mora y, sobre todo, comparar siempre antes de aceptar. (Perfil).

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